Upstream Color

Upstream Color, una de gusanos, humanos, cerdos, orquídeas y otra vez gusanos.

Momento de angustia y calma

Para hacer una reseña de una película como esta, lo mejor es pensárselo mucho un rato y después, tras llorar en un rincón oscuro, lanzarse a escribir sin meditar demasiado.

Podría explicar de dónde ha salido Shane Carruth y hablar un poco de Primer e incluir alguna referencia al fiasco de A Topiary. Eso sería lo lógico pero como siempre intento escribir con el tono más parecido posible a la película criticada, lo lógico y fácil no debería estar presente.

En Upstream Color vamos a ver muchas uniones, desencuentros y una resolución errónea. Todo comienza con la experimentación, no pudo evitarlo, pero prosigue con un maquiavélico juego de sumisión en el que la sometida ni siquiera conoce su participación. Con fines monetarios, su vida está destrozada cuando el juego termina y ella, desconcertada, vuelve a empezar como puede desde su nueva casilla.

Algo le han quitado señora

Al otro lado lado, no el inmediatamente posterior ni anterior pero tampoco el opuesto, hay un músico. Es alguien que necesita que el villano manipule para poder disfrutar de la inspiración que le ofrecen las vidas ajenas. Él crea el vínculo entre los estafados y sus cerdos y parece que no sólo funciona, si no que es irrompible, ilimitado y fértil. Esto hace que al juntarse dos animales, lo hagan dos personas.

Así es como Kris conoce a Jeff y se van descubriendo. Un libro memorizado, una cadena de papel y un grifo abierto son algunas de las consecuencias de esas cicatrices que comparten y que terminarán obsesionándoles, especialmente cuando el pánico llega a su mente y necesitan esconderse juntos de algo que no comprenden. La angustia es poderosa, incluso sin una fuente palpable.

Componiendo

En ese momento los pasivos, desesperados, entran en acción y deciden seguir la pista del marionetista pero, sin saberlo, andan tras el arreglista. La consecuencia parece final, y hasta ciento punto lo es, pero rompiendo la cadena sólo por un punto no será complicado volver a unirla. Esto sucederá y el ciclo, de un modo u otro, se repetirá.

Esto es lo que yo he entendido de la película, segunda de Shane Carruth que escribe, dirige, produce, fotografía, protagoniza, monta y compone la banda sonora. Si no os queda claro, decírselo a él que yo no puedo más. Si decides entrar en su juego, te atrapa como nadie, pero ten en cuenta siempre que si Primer era compleja, esta es imposible.

Unidos a los cochinos, su amor no tiene fin

Aquí el trailer. El Terrence Malick del género ha vuelto. Un 7’5.