Scarlett con una pose muy natural |
La trama cuenta el regreso de HYDRA, la malvada organización
nazi, resquebrajando los mismísimos cimientos de S.H.I.E.L.D.. El pobre Nick Furia
sólo puede confiar en Steve Rogers para acabar con los malos. Para colmo, un
infalible sicario venido del este, tiene en su punto de mira tanto al Capi como a Viuda Negra y
parece que tiene un secretillo bajo la máscara. Secretos por aquí, mentiras por allá, al final hasta la mejor espía del mundo no sabe ni a quién está engañando.
A lo McClane |
Samuel L. Jackson y Scarlett Johansson están tan bien como
siempre y se agradece que tengan aun más protagonismo que en cualquier otra
película anterior. La escena del coche de Furia es una gozada y cualquier
fotograma con Scarlett es mejor que sin ella.
Sebastian Stan está mejor que nunca y Anthony Mackie es una
versión actualizada de Falcon que apetece mucho más de lo que esperaba. Robert Redford aporta a la película el toque de solemnidad que buscan con estas
apariciones hollywoodenses. Los demás están todos igual de correctos y Cobie Smulders sale poco así que no se puede pedir más.
Está mosqueadilla |
La banda sonora de Henry Jackman es mero acompañamiento pero
reconozco algunos momentos interesantes, especialmente cuando rodea al
misterioso villano enmascarado con inquietantes chirridos que inundan la sala.
Molando un rato |
En conclusión, y despegándome por un segundo del fanboy que
llevo dentro, una película que lejos de ser perfecta, vuelve a acercarse con
ganas a lo que debería ser un cómic en el cine. Es divertida, tiene trama
detrás de la acción y muchas referencias al mundo del que procede y al que
pretende llegar. Y lo de la escena en mitad de los créditos es para mirar con
ojitos golosones a Joss Whedon durante todo el año que queda para el estreno del
final de la Fase 2.
Le queda bien ¿no?, y si... |
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