1/4/14

Kamikaze

Kamikaze, un batido de géneros que no cuaja.

Terrorismo y amor verdadero
Álex Pina es el director y coautor del guión junto con Iván Escobar. Cuando miras su ficha y ves que son responsables de Los Serrano, Los Hombres de Paco, El Barco y la lamentable Bienvenidos al Lolita, todo encaja. Demasiadas tramas, reparto coral, humor blanco e ínfulas de drama descorazonador, el espíritu de la ficción actual televisiva de la que no se habla en Twitter pero que triunfa en audiencia.

La trama pretende contar la dura tragedia de un hombre que, habiendo perdido todo por una situación política injusta, decide inmolarse en un avión para luchar por lo que cree justo. Al cancelarse el vuelo, convive unos días con los que iban a volar junto a él, en todos los sentidos. Descubrimos entonces que el terrorista es un posible candidato al Nobel de la Paz e incluso salva a un perrito de su malvado dueño.

Si algo funciona en esta película es su reparto. Álex García hace un trabajo excepcional, hasta tal punto que si no llega a ser por las entrevistas previas, su procedencia canaria habría sido camuflada por completo bajo su transformación en desesperado habitante de Karadjistan.

Slatan y su perrete
La extraña pareja que forma junto a Eduardo Blanco son las escenas que salvan la película de la catástrofe. El argentino está pletórico, tanto que es una pena que un personaje tan cómico se desperdicie en esta mezcolanza de ideas.

Lo mismo pasa con los demás. Carmen Machi está tan bien como siempre hasta que su historia cortarollos, que no viene a cuento ni funciona, entra en escena. Leticia Dolera está graciosa hasta que resuelven su conflicto y se cargan al personaje. Verónica Echegui no consigue tener siquiera una excusa para estar ahí y Héctor Alterio parece a punto de desfallecer en cualquier momento.

Los majos
Su fotografía funcional y agradable hace que cuando lo que se cuenta es interesante, el resultado sea tan bueno como los primeros cinco minutos de película. Pero claro, no hace milagros y aun entrando bien por los ojos, el clímax final resulta absurdo en exceso.

Una pena que en vez de apostar por el humor negro o por contar esta misma historia como un buen drama, la solución haya sido una comedia costumbrista que no funciona con ese trasfondo, por mucho que lo intenten.

El sector hispanohablante
Aquí el trailer. Si olvidas las tramas para toda la familia y te lanzas a la acidez, se puede hacer. El ejemplo más claro es Four Lions. Un 5’5.

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