2 Francos, 40 Pesetas

2 Francos, 40 Pesetas, una de repetir experiencias con menos melancolía pero más cachondeo.

Demasiado random todo

Ocho años después de su estreno con Un Franco, 14 Pesetas, vuelve la familia de emigrantes españoles que encuentra en Suiza un mejor hogar. Lo que empezó como un homenaje de Carlos Iglesias a sus padres y su propia experiencia, se vuelve aquí un producto mucho más cómico y fantasioso.

La trama nos cuenta cómo la familia de Martín vuelve a su pueblo suizo con motivo de un bautizo. Allí se cruzarán con su propio hijo que está de interrail y con media familia que aprovecha la ocasión.

Si en la primera se podrían perdonar ciertos problemas por aquello de la novatada, en esta, su tercera película, es más duro sufrir los errores estructurales y ver a ciertos personajes deambular por la trama sin ningún sentido.

Se hace especialmente cuesta arriba todo lo referente al hijo de la familia y su amigo, dos jóvenes que no consiguen tener un diálogo entre ellos que sirva de algo.

Por otro lado, se agradece el giro irónico. Entiendo que la historia real de la vida de Iglesias no diese para más y el relleno de comedia de enredos funciona. Al menos lo haría de contar con una dirección más precisa.

Ese bautizo guapo

Aquí el trailer. Digamos que si Un Franco, 14 Pesetas era un capítulo flojo de Cuéntame cómo Pasó, al menos este es de los más divertidos. Un 5’5.