7/5/14

Aprendiz de Gigoló (Fading Gigolo)

Aprendiz de Gigoló (Fading Gigolo), una sobre probar a ver qué pasa y que no pase mucho.

Hasta el cartel intenta ser de Allen
Nueva película escrita, dirigida y protagonizada por John Turturro en la que, sin disimulos, intenta marcarse un Woody Allen. Tanto es así que el genio neoyorkino es el coprotagonista de la película en el papel que todos conocemos. Es lo que tiene ser vecinos.

La trama nos presenta a un viejo judío de Brooklyn que tras cerrar su librería y verse sin un duro tiene una idea, transformar en prostituto a su mejor amigo. Este pone alguna pega al principio pero tentado por el dinero, y forzado por la tozudez de su colega, prueba y descubre que disfruta haciendo felices a sus citas. La aparición de una importante viuda, su celoso pretendiente y los patriarcas judíos del barrio complicarán la función y harán que el gigoló y su chulo se metan en líos, pero poco.

Turturro crea un personaje entrañable y encantador, un pobre hombre que vaga por la vida sin molestar a nadie pero sin marcar la diferencia, un poco como la película en sí. Allen transforma sus intervenciones en fragmentos alocados de sus propias comedias e incluye una subtrama que nunca se llega a explicar pero que parece casi más atractiva que lo demás. Me refiero a esa complicada familia en la que parece vivir, formada por judíos ortodoxos y negros molones en tensión constante. El personaje de Dante Hoagland, una especie de Richard Ayoade en miniatura, merece una peli aparte.

¡Pero qué jaleo!
El problema de todo esto es que no hay un verdadero problema. Con clientes como Vanesa Paradis, Sharon Stone o Sofía Vergara, es complicado ver alguna pega al nuevo oficio del protagonista. El seguimiento de los mandamases judíos se resuelve en un momento y no supone un verdadero nudo y el lío con la viuda, centro neurálgico de la trama, no es tal si termina como lo hace.

Por lo tanto digamos que siendo entretenida e interesante a ratos, Aprendiz de Gigoló necesita mucho más de todo lo que ofrece para ser realmente recomendable. Podrían haber optado por volver todo un poco más disparatado o intentarlo contando esto como una historia corta dentro de una recopilación de relatos del barrio, que el personaje de Liev Schreiber también se queda corto. Si es que yo no sé que hago aquí en vez de estar en Brooklyn escribiendo guiones.

Mira Turturro, tú méteme a mi y ya me encargo de hacer el gamba
Aquí el trailer. Qué morriña tenemos todos del Allen de los setenta y ochenta, hasta Turturro. Un 6.

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