Hasta el poster parece forzado |
La trama nos presenta a un macarra con ínfulas de grandeza
que sale de la trena. Tras doce años entre rejas, ha perdido todo contacto con
su hija pero espera una buena recompensa del mandamás al que nunca delató. Con
la mala suerte a su lado, la hora y media siguiente es una suerte de capítulos
sueltos, hilvanados a trompicones, sobre la nueva vida de Dom.
Jude Law se deja la piel interpretando a este tipo pero,
como el resto de la película, parece más una imitación forzada de personajes
que ya conocemos que algo original. Aun así reconozco que cuando juega con las
réplicas de Richard E. Grant tiene momentos interesantes y a ratos, de pura
sobrada verbal, termina haciendo gracia.
El problema es que esa sensación de tono impostado y
forzadamente rudo, aparece en el primer plano y no nos abandona hasta que
salimos de la sala. La rancia banda sonora no ayuda y aunque el director tiene
buen ojo para ciertos aspectos visuales, están tan manidos que no consiguen el
impacto que pretenden.
Una pena porque no se puede decir que sea mala de solemnidad y el esfuerzo de Law por trascender es notable pero, lamentablemente, no. Además, tener a Emilia Clarke en tu reparto y que salga en dos escenas es un pecado.
Lo intentan |
Caca de la vaca. No puedo ni empezar a verla.
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