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Los gritos de Cthulhu han vuelto |
La jornada comenzó con la obligada rueda de presentación
donde Luis M. Rosales y José Luis Alemán, director y cabeza de la producción
del festival respectivamente, resumieron lo que esperan que sean siete días
cargados de invitados, eventos y cine.
Parece que se han tenido en cuenta las sugerencias de los
asistentes el año pasado y han luchado por contentar a todo el mundo. Para
empezar, el precio de las entras al público general es aun más competente. A
5’5€ la entrada y hasta 4€ si se opta por el bono, creo que ya no hay excusa
que valga.
Los jefes de todo esto |
Por otro lado, y sin abandonar temas monetarios, el
presupuesto con el que se ha contado este año es de 70.000€, unos 15.000€ menos
que la pasada edición. Como a primera vista el programa viene a ser igual o
mejor, sólo puedo atribuir el milagro al trabajo de sus
organizadores y a la buena acogida del año pasado. A partir de la tercera edición ya podrán tener algún apoyo de las administraciones públicas por lo que parece
que es el último año de festi de guerrilla.
En cuanto a los invitados, además de destacar los tres
grandes de los que ya hablaré cuando toque, es muy curiosa la lista
de primeras espadas que se habían planteado y que irán apareciendo en ediciones
siguientes, así como los motivos de su ausencia. George A. Romero, por ejemplo,
sólo puede hacer un viaje al mes por prescripción médica y mayo lo tenía
pillado, como el bueno de John Landis que está recién operado. A John Carpenter
y Stephen King les vencieron sus miedos, qué ironía, y el primero se lo pierde
por no subirse a un avión y el segundo por no morir aplastado por fans
festivaleros que buscan su firma. Bruce Campbell, Simon Pegg, Guillermo del Toro, Robert Englund y Wes Craven fueron otros de los tentados que seguramente tendremos en
futuros Nocturna. Groovy.
Y si esto pasa con los invitados, con las productoras de
muchas cintas parece que también se ha tenido que luchar hasta el final. El
miedo a la piratería ha dejado a muchas fuera, como la esperada The Green Inferno, y
a obligado a Rosales y compañía a ayudar a algunos títulos a buscar
distribución futura para que se atreviesen a proyectar en el país de las
descargas. Gracias a este trabajo, se vuelve a tener una programación de lujo
con estrenos mundiales, europeos y alguna premier en España que van a adelantar
el trabajo de bastantes críticas por venir. Un lujo.
Y tras esta presentación, dejemos los entresijos por hoy y
vamos a lo fundamental, las pelis del día.
The Station (Blutgletscher), es una producción austriaca
dirigida por Marvin Kren. Dentro de la sección Panorama, fuera de competición,
es una opción fantástica para comenzar el festival. La trama nos sitúa en los
Alpes donde un grupo de científicos estudia el deshielo de los glaciares. Un día
descubren la mole de hielo cubierta por una sustancia roja desconocida que les
dará más de un problema. Animales mutantes, el abuelo de Heidi y una ministra
con un taladro harán las delicias de aquellos que quieran pasar un rato de
desfase. Su localización y el uso responsable de CGI en favor de viscosos animatronics, hace todo aún más apetecible. No es La Cosa y en su último acto se deja llevar por la gamberrada, pero nos vuelve a hacer soñar con la adaptación de En las Montañas de la locura. Un 7.
Fractured es una cinta americana dirigida por Adam Gierasch
y que parece fuera de su tiempo, casi un VHS lleno de polvo. Nos presenta a un tipo que intenta rehacer poco a
poco su vida tras despertar con una amnesia total. Lo malo es que un día comienza a imaginar
situaciones infernales dónde se ve perseguido por mujeres ensangrentadas y claro, se asusta. Intentando poner fin a estas alucinaciones, indaga en
su pasado para descubrir si era tan mala persona como parece. Esto es difícil
de entender porque el poco carisma del protagonista hace imposible saber por
dónde van los tiros en ningún momento. Pese a pertenecer al apartado Dark
Visions, cuando se pone sugerente y erótica hace reír al público y cuando sube el volumen, más que asustar molesta. Intenta ser como El Corazón del Ángel o Carretera Perdida
pero claro, sin Parker y Lynch se hunde. Un 4’5.
The Zero Theorem, la nueva locura de Terry Gilliam, ha sido
la encargada de cerrar este primer día como película inaugural de la semana.
Cuenta la historia de Qohen Leth, un obsesivo trabajador al que le encargan
resolver un teorema imposible sobre la futilidad de todo y que termina
enamorándose y sufriendo por ello. Resumiendo todo mucho, es un nuevo Brazil
con el aspecto más colorista pero de fondo menos arraigado. Tiene interpretaciones potentes y eficaces de Christoph Waltz, Mélanie Thierry, David Thewlis y Lucas Hedges y visualmente es todo lo embaucadora que cabría desear. Es una de esas
producciones que desatará la ira de la mayoría y los sueños de unos pocos, gilliamer tan Gilliam. Si no nos dividiese en opiniones encontradas, sería una
decepción. Yo voto sí. Un 8.
En cuanto a los cortos, Runaway y Entity resultaron ser dos poderosos
y recomendables ejercicios visuales, Nothing Stays un calentón de fin de
carrera y Time after Time un divertidísimo
entretenimiento que demuestra que tenemos buenos guionistas de base hasta que
Globomedia o Mediaset los echan a perder.
Ademán se ha realizado el evento de Juego de Tronos donde se
proyectó el séptimo capítulo de la cuarta temporada y contó con la presencia de
la mismísima Shae, Sibel Kekilli. Y como no puedo bilocarme, aún, me quedé con
las ganas de ver The Demon’s Rook, cinta gore que promete ser un festival de
practical effects. Otra vez será.
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