Ni el título consigue sentido más allá de molar |
La trama nos presenta a dos mellizos que llevan varios años sin verse. Cuando una tarde melodramática los vuelve a unir, compartirán techo unos días para volver a descubrirse como almas gemelas torturadas.
De algún modo, Bill Hader y Kristen Wiig nos salvan del desastre completo. Los dos intérpretes están excepcionales y, si bien la obra al completo no vale de mucho, sí demuestra que Hader puede ir mucho más allá y que lo de Wiig no fue un espejsmo. Correcto Luke Wilson y amargo Ty Burrell, lo que nos queda es dejarse llevar por la deriva.
Y es que el guión, el del premio, me parece una chorrada vacía que busca desesperadamente ser tan moderno y astuto como los elementos a los que pretende referenciar. El problema es que se les ha olvidado darle algo de chicha, una chispa que interese remotamente al espectador. No vale con que tus protagonistas se esfuercen, deben hacer algo y, aquí, vagabundean sin más apoyo que unos retazos de pasado perturbador y futuro borroso. Un pequeño petardo vamos.
No parecen tan unidos |
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