15/1/15

Siempre Alice (Still Alice)

Siempre Alice (Still Alice), la tragedia de la enfermedad con la serenidad del indie de pasta.

A sufrir
Los directores de esta peli, Richard Glatzer y Wash Westmoreland, han ido a pillar cacho. El tema tratado, el tono y el reparto, me hace sospechar de una búsqueda de premios que han logrado, al menos para la prota, pero que no deja ver nada más detrás de eso. No me emociona ni enseña nada nuevo, a parte de sentirme triste y asustado por la existencia de este drama en la vida real. El sufrir por el sufrir, sin ni siquiera sufrir demasiado.

La trama nos presenta a una exitosa lingüista que es diagnosticada con un duro y voraz tipo de Alzheimer. Deberá ir asumiendo lo que se le viene encima mientras ata cabos y se despide de quien sabe que no se acordará en unos meses.

Julianne Moore lo hace muy bien, de acuerdo, pero cualquier actriz de más o menos su experiencia podría haber logrado el mismo resultado. La dureza del drama real no está representada de una manera cruda o desagradable, la protagonista no sufre ningún episodio violento o físicamente complejo y como interpretación no va más allá de enfadarse una vez, no mucho, y dejar que su personaje se pierda en su nuevo mundo. Puede que algún despistado con ganas de jarana lea esto como algo políticamente incorrecto pero de verdad, me parece un papel facilón con el que es una vergüenza ganarse a los académicos.

Habrá que ir perdonando a esta chica
Por otro lado, la pobre Kristen Stewart, con la que todos nos quedamos a gusto por lo de Crepúsculo, se esfuerza en la trama más interesante de la película. Junto con Alec Baldwin, que hace de marido que aguanta lo justo, son los personajes desperdiciados en pos de más momentos de la protagonista pensando en lo que se le viene encima. Aparecen otros hijos y se anuncian otros conflictos pero no terminan de despuntar por ningún lado, que nadie espere que esto se salga de la trama principal.

Con una banda sonora de violines en la lejanía y una fotografía funcional, Siempre Alice ofrece un drama suave para los que quieran dejarse amodorrar por la congoja. Sin nada destacable en su guión pero con un ritmo aceptable, lo mejor que se puede decir de esta película es que no está mal hecha. Lo que pasa es que eso, para sus pretensiones, es malo.

El amor, el mar y lo que quede
Aquí el trailer. Me sigo quedando con Arrugas. Un 6'5.

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