Los Juegos del Hambre: En Llamas (The Hunger Games: Catching Fire), una de crispación, levantamiento y nuevas reglas.
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Un poco más soso y no se distingen las pelis |
Segunda parte de la saga que adapta la trilogía de
Suzanne Collins, que a estas alturas ya sabemos que serán cuatro pelis.
Francis Lawrence
toma las riendas y lo hace de un modo algo más acertado que su predecesor,
Gary Ross. En esta ocasión, el guión viene firmado por dos profesionales del medio,
Michael Arndt y
Simon Beaufoy y se nota.
La trama nos sitúa donde nos habíamos quedado. Los ganadores
de un mortífero concurso son exhibidos por su mundo distópico como héroes
mientras la población sufre. La protagonista será el caldo de cultivo de
pequeños levantamientos contra el poder que llevarán a otros más grandes y,
para evitar todo esto, el gobierno decide volver a mandar a la joven al campo
de batalla junto con los ganadores de años pasados, a ver si hay suerte y la espicha.
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Vestimenta Gaga |
Jennifer Lawrence hace lo que le pide el texto y demuestra
que no hay por qué perder la dignidad en este tipo de producciones. Aunque su
personaje es plano y predecible, su calidad interpretativa hace que incluso
creamos en lo que estamos viendo. No ocurre lo mismo con
Josh Hutcherson que
vuelve a tener el papel más cutre y no hay manera de llevarlo a flote.
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Woody el molón |
Con
Los Juegos del Hambre tuve esa desagradable sensación de
resumen constante. No era una película, era una selección de frases y
situaciones sueltas de una novela. Para que no me volviese a pasar, y porque
tampoco tenía ganas, decidí no leerme la segunda parte y así ir fresquito a la
secuela. El problema ahora es que no sé hasta qué punto ha desaparecido esa
sensación porque ya no conocía la historia o porque realmente es mejor el
guión, pero lo cierto es que esta vuelta de tuerca me ha gustado más.
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Estos chicos siempre liándola |
La historia sigue siendo un pastiche facilón de todas las
grandes novelas de distopías. Nada será desconocido para los lectores de
Orwell,
Huxley y compañía. El
Mito de la Caverna de
Platón se romperá una vez
más para los protagonista que siguen asombrados y en los pueblos ya huele a
humo y revolución. Para los amantes de
Battle Royale, esta vez las similitudes
en el juego son una simple excusa final y, además, resulta mucho más efectivo
en ese último tercio que en los dos que ocupaba en la primera parte.
Francis Lawrence es más elegante que su antecesor y ha
sacado más partido a la historia, cierto, pero todos los errores de la película
me temo que vienen también de su batuta. Hay escenas artificiales y tontas que
un realizador debía haber controlado más, como el forzado despertar de
Woody Harrelson, momento teatrillo bastante triste. El montaje y el ansia por plasmar
cosas del libro supongo que han ayudado a que esto no funcione del todo, pero
si hay que reñir a alguien me temo que es al dire.
En conclusión, una peli que pese a no aportar nada nuevo y
presentar muchas irregularidades y defectos, entretiene durante dos horas y
deja buen sabor de boca con un cliffhanger que deja con ganas de más. Siempre podría ser peor, podría ser
Battle Royale 2: Réquiem.
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Qué mona va esta chica siempre |
Aquí el
trailer. En taquilla lo está petando y no hay fan
insatisfecho. Y yo que me alegro. Un 6’75.
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