Mil Maneras de Morder el Polvo (A Million Ways to Die in the West)

Mil Maneras de Morder el Polvo (A Million Ways to Die in the West), una sobre gags inconexos hilvanados con prisa.

Pues muy bien

Segundo intento en pantalla grande de Seth MacFarlane tras la floja Ted. Si el problema en su opera prima fue olvidar el humor que le había hecho famoso y seguir el forzado esquema de la comedia “gamberra” actual, aquí la cosa se la da vuelta. El guionista, director, protagonista y productor ha intentado calcar las gracietas de su producto de más éxito y se ha estrellado por no tener en cuenta algo fundamental: lo que funciona en animación no lo hace en imagen real.

Mientras que el ritmo de cualquier capítulo de Padre de Familia, y hasta de la menos acertada Padre Made in USA, es enloquecedor y sobrecargado de chistes, en una película con actores reales no se puede conseguir esa velocidad. Las bromas hay que presentarlas y llevarlas a cabo con más calma por lo que se extienden y terminan reduciendo su número considerablemente. Eso ocurre en esta película que intenta ser tan loca y surrealista como un dibujo animado y termina por no conseguir nada.

La trama nos cuenta cómo un pastor de ovejas del oeste vive con miedo de todos los peligros de su época. Cuando le planta la novia, no verá motivo para seguir viviendo hasta que conoce a una peligrosa joven que oculta su identidad.

Pasando el rato

MacFarlane es el propio protagonista y no funciona en absoluto. Su perfecta dicción y tempo al hablar contrastan con su cara de tipo normal, ni feo ni guapo ni nada de nada, que hace que en toda la película no consigas ver a un vaquero si no a un tipo disfrazado para una foto en un parque temático. Si esto lo hace Woody Allen te partes pero tienes que ser Woody Allen.

Liam Neeson, Charlize Theron, Amanda Seyfried y Neil Patrick Harris completan el reparto principal pero son Giovanni Ribisi y Sarah Silverman los que se llevan gran parte de las mejores bromas, de gusto obsceno y metidas con calzador pero funcionales.

Y es que no hay que negarlo, como ya decía el bueno de Cartman, Padre de Familia es una serie de bromas gratuitas y sin sentido que podrían estar escribiendo unos manatíes. Esto, que funciona en colorines en la tele, queda tan forzado en el cine que no consiguió hacerme reír una sola vez. Por momentos, hasta parece que intenten darle un verdadero aire de aventuras fronterizas y no logran salvo hacer el ridículo con un par de escenas sosas y pretenciosas.

La tipa dura

Aquí el trailer. No me esperaba Sillas de Montar Calientes vale, pero es que para ver esto prefiero Aquí Llega Condemor, El Pecador de la Pradera. Qué titulazo por cierto. Un 4’5.