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La trama de Open Windows nos sitúa en el ordenador del seguidor de una joven actriz de moda. Está hospedado en un hotel siguiendo la
première de su última película mientras hace capturas de pantalla para colgarlas
en su web. En ese momento, alguien contacta con él y le da acceso a todo tipo
de cámaras e información sobre el evento. Lo que parece tentador e irresistible
en un primer momento, se va tornando perturbador y peligroso hasta hacer caer
al protagonista en una red de la que parece imposible salir.
Con Elijah Wood a un lado de la pantalla y Sasha Grey al
otro, el verdadero protagonista es el montaje. Durante toda la película no
salimos de la pantalla y de una ventana a otra, y hay muchas, vamos
descubriendo toda la historia. Lo que podría haber
sido un experimento mareante, aporta a la película un ritmo difícil de igualar
hoy en día y nos sumerge en un clímax perpetuo casi desde el inicio. Vamos, lo que
toda la vida se ha resaltado en la caratula de la peli como thriller trepidante.
Escritorio ordenado, #EsBien |
En cuanto a Sasha Grey, reconozco que iba con demasiadas
ganas de que me gustase. Tras su gran trabajo en The Girlfriend Experience, pensaba que estaba más pulida y no tan plana y distante. Me ha
recordado a su participación en El Séquito donde se notaban ciertas carencias
que creí superadas.
El jaleo de no saber dónde mirar |
En cuanto a los puntos menos positivos, a parte de la pobre Sasha, hay que reconocer que a Vigalondo se le va de las manos el final. La superposición de giros de guión hace que si se eliminan los últimos quince minutos, tengamos una película más contundente y sin tanto jaleo. Y es que sí, la conclusión es bastante tróspida. Pero oye, con lo bien que lo hemos pasado duele menos.
En definitiva, una locura visual compleja de realizar y sumamente fácil de disfrutar. Si dejamos la incredulidad en la puerta y acompañamos sin complejos al protagonista, el disfrute está garantizado. Tensión, asesinos, piratas franceses terrygilliamescos, cuchillos y damas en apuros: el guiallo del mañana, hoy.
En definitiva, una locura visual compleja de realizar y sumamente fácil de disfrutar. Si dejamos la incredulidad en la puerta y acompañamos sin complejos al protagonista, el disfrute está garantizado. Tensión, asesinos, piratas franceses terrygilliamescos, cuchillos y damas en apuros: el guiallo del mañana, hoy.
Aquí hay salseo |
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