Miércoles al Cine

Mejor tarde que nunca. Bendecidos por el gobierno (ICAA), productores (FAPAE), distribuidores (FEDICINE) y exhibidores (FECE) han decidido reanimar a última hora la moribunda recaudación española. Pero esta nueva propuesta, Miércoles al Cine, es una buena noticia y como tal lo vamos a tratar, dejemos los palos para más tarde.

Durante tres meses, del 15 de enero y hasta el 15 de abril 9 de julio actualmente sin fecha final, másde 350 cines adscritos a la promoción ofrecerán un precio por entrada cada miércoles que oscila entre 3’70€ y 5’0€, dependiendo de cada sala. La lista completa, que podéis descargar aquí, incluye grandes empresas multisalas como Cinesa, Yelmo Cines y Kinépolis así como cines de cartelera especializada como los resistentes Golem o los cuatro numantinos Renoir.

Un párrafo especial merecen Autocine Star en Valencia por apuntarse a todo y molar más que nadie y los Cines Zoco Majadahonda en Madrid, por ser una iniciativa ciudadana que ha rescatado un cine. Además ofrecen un precio aun más bajo, 3’0€ socios y 3’5€ los demás.

Este evento se debe oficialmente al éxito de las pasadas ediciones de la Fiesta del Cine, propuesta que subió la recaudación media un 800% durante los tres días que se celebró. Gracias a esto pasó de ser anual a semestral y ahora tenemos este nuevo empujón a la cultura.

Colas en un cine, back to the 90s

Todo esto es muy bonito pero he prometido palos y palos habrá. El éxito de otros eventos ha propiciado este, claro, pero también que los responsables de los precios, todos los citados en la primera línea de este texto, han permitido que ir al cine en España muriese hasta convertirse en un lujo al alcance de muy pocos.

Hablamos de estos precios y todos nos emocionamos, sobre todo en determinadas zonas donde es difícil pagar menos de 9’0€ por cabeza, pero se nos olvida que en muchos sitios eran la media hace menos de diez años. La vertiginosa ascensión del valor de las entradas ha tenido un claro responsable, la codicia e ineptitud de los empresarios responsables. Los mismos que durante estos años no han movido un dedo porque bajaban los tickets vendidos pero subía la recaudación gracias su genial plan de precios y al 3D y otros impuestos revolucionarios.

Coppola González Macho y Wert

Les tocó un momento histórico complicado: luchar contra internet. Entiendo que en principio asuste, pero a estas alturas cualquier economista con dos dedos de frente habría visto lo que iba a suceder. Su decisión fue unánime e inquebrantable hasta la fecha, si va menos gente habrá que subir los precios. Esto ha ayudado mucho a las descargas y ha conseguido que las salas queden vacías por culpa, exclusivamente, de los que las administran. Su discurso ciego sobre la delincuencia de la gente y su costumbre al todo gratis, se ha visto truncado cuando esos ladrones han acudido en masa a precios NORMALES, que no bajos.

Cinecito, mascota random

Y en cuanto al gobierno la cosa ha sido algo peor. Y no me refiero solo a Wert, cuya su visión de lo que debería ser el cine en España escapa a mi comprensión, si no a todo cargo público que haya pensado que como la gente va poco al cine por culpa de las descargas, lo mejor era prohibirlas. Que un gobierno intente algo así contra internet es como si las hormigas, hartas de ser pisoteadas, prohiban a los humanos.

Internet, como bien señaló Alex de la Iglesia, no es el futuro, es el presente y hay que adaptarse. Al año siguiente, con Enrique González Macho como presidente de la Academia volvimos al discurso rancio del ya veremos qué pasa cuando eso llegue, ahora hay que prohibir y penar a los internautas. Hace unos meses, con mucha pena por su parte y la de los que éramos asiduos a sus salas, ha vivido un gran fracaso empresarial teniendo que cerrar casi la totalidad de cines de su cadena.

Pero en fin, basta de enfados que, como ya he dicho, esto es una buena noticia. A la espera de que se den cuenta de que cobrando menos ganan más y de la regularización del cine en internet, Filmin y compañía sí han sabido ver que el modelo de mercado es el que marca Netflix, nos contentaremos con ir los miércoles durante tres meses. Menos da un ministro.