Sobran las Palabras (Enough Said)

Sobran las Palabras (Enough Said), una de dos que aguantan con lo que pueden.

El cartel contiene todo el espíritu indie del mundo

Esta es una de esas películas que deben ser etiquetadas como comedias románticas pero que, siendo sinceros, no es si no un drama muy ligero que en su realismo encuentra momentos divertidos.

Nicole Holofcener escribe y dirige esta historia sobre una masajista que conoce en una fiesta a un ligue y a una nueva cliente. Mientra se va enamorando del primero, descubre que es el ex marido de la segunda y esta le informa de toda una lista de defectos con los que se irá obsesionando.

Julia Louis-Dreyfus es la perfecta protagonista. Su naturalidad y gracia inocente hacen terriblemente fácil ser su fiel confidente y seguidor. Conduce la película como ella quiere hasta que se topa con su réplica masculina, un magnífico James Gandolfini en el último papel que realizó antes de su triste desaparición.

La pareja de casi perdedores que recrean ambos interpretes es encantadora y realista. Hay química, pero no desbordante, hay tensión, que se resuelve, y hay enfados que pueden solucionarse del modo más normal posible, nada de hiperbólicos gestos romanticones. La ficción también hace extraños compañeros de cama, si no, nadie se hubiese imaginado hace unos meses lo bien que quedarían juntos Elaine y Tony.

¿Nido vacío? ¡Quédate con la vecina¡

El resto del reparto está igual de bien medido, desde las geniales Toni Collette y Catherine Keener a la multidisciplinar Tavi Gevinson. La realizadora ha sabido ceder el peso a los actores y actrices que pueblan su relato que, todo sea dicho, es algo flojo. Son estos los que consiguen realzar una historia que tiene en su simplicidad todos sus defectos y virtudes.

Una película absolutamente fácil de ver, con momentos muy logrados y actuaciones a la altura que, si bien no nos va a cambiar la vida, hará que pasemos un rato muy agradable.

Te echaremos de menos

Aquí el trailer, que recomiendo no ver porque básicamente resupe TODA la película. Una despedida digna de Gandolfini que se defiende aquí como un tipo capaz de cambiar el perfil de mafioso. Un 7’5.