Breaking Felina |
Regreso de Tina Fey y Amy Poehler como anfitrionas y vuelta
a disfrutar de dos de las mejores payasas del momento. Si ya el año pasado todo
olía a Saturday Night Live, esta vez se ha extendido hasta los premiados. Fey y
Poehler largaron su perfecto monólogo inicial, ese que tienen la irreverencia
justa para ser correcto dentro de la incorrección, y desaparecieron para
limitarse a rematar con dos o tres apuntes más. Pero
liémonos con la interminable lista.
En el apartado televisivo fue la despedida de Breaking Bad que se llevó los merecidos galardones a mejor serie y actor dramático para
el inconmensurable Bryan Cranston. Con un cierre por todo lo alto, manteniendo
el nivel medio hasta el último capítulo, permanecerá para siempre en todas las
listas de series imprescindibles por méritos propios.
Samberg on |
La sorpresa la dio la debutante Brooklyn Nine-Nine
llevándose los premios a mejor serie y actor de comedia para Andy Samberg, otro
cómico de nivel de la cantera SNL. El apartado femenino se repartió entre dos
fundamentales del momento, Robin Wright por House of Cards en drama y Amy Poehler por Parks and Recreation en comedia, momento que aprovechó la genial
presentadora para liarse con Bono que andaba por allí.
Jacqueline Bisset y Jon Voight fueron los mejores
interpretes secundarios por Dancing on the Edge y Ray Donovan
respectivamente. La primera sorpresa relativa fue la de Elisabeth Moss como
mejor actriz de mini serie por Top of the Lake, pasando por encima
de las siempre sublimes Jessica Lange y Helen Mirren.
En cuanto a los dos que quedan en este apartado, mini serie
o telefilm y su mejor actor, se hizo justicia. Michael Douglas y Behind the Candelabra se llevaron el mayor premio al que podían optar por aquello de que
las películas de televisión no entran en los Oscar, por mucho Soderbergh que
ande detrás. Y como no se va a estrenar y no voy a hacer crítica, aprovecho
este hueco para decir que tanto Douglas como Matt Damon están espectaculares y
que la película es una genialidad.
Así da gusto |
Pero vamos ya con la pantalla grande, no sin antes recordar
que el Cecil B. Demille a toda una carrera fue para el genio, el maestro, la
leyenda, Woody Allen. No fue a recogerlo claro, mando a la Keaton y todos
contentos. Woody ¡te queremos!.
En cuanto a número de premios, la vencedora fue La Gran Estafa Americana que se llevó tres: actriz secundaria para Jennifer Lawrence,
que lleva dos seguidos, actriz protagonista de comedia para Amy Adams, muy
discutible teniendo a Julie Delpy y Julia Louis-Dreyfus, y mejor película
cómica o musical. Sin haberla visto no sé por qué me da que no me va a hacer
gracia todo esto pero en fin, ya veremos.
Otra sorpresa relativa fueron los dos premios de Dallas Buyers Club, cinta sin estreno previsto en España pero que se hizo con los
Globos a mejor actor principal de drama y secundario para Matthew McConaughey y
Jared Leto. Cuando vea la película supongo que volveré por aquí porque también me
enfadaré por dejar a Fassbender y Brühl sin nada.
Así también |
El que sí puede descansar tranquilo es Leonardo DiCaprio que
ya ha visto sus ansias de premio saciadas como mejor actor de comedia por El Lobo de Wall Street. Cate Blanchett hizo lo propio como actriz protagonista de
drama por su maravilloso papel en Blue Jasmine que espero culmine con la
estatuilla del señor dorado.
En la banda sonora también hubo sorpresa al ganar Alex Ebert
por su trabajo en Cuando Todo Está Perdido venciendo a John Williams y Hans Zimmer. La mejor
canción fue para "Ordinary Love" de Bono para Mandela: Del Mito al Hombre.
Ha sido un año algo flojo en lo que a animación se refiere por lo que Frozen: El Reino del Hielo se hizo con el premio sin mayor dificultad. No pasa lo mismo
con las películas extranjeras donde el nivel se dispara teniendo competidoras
como La Vida de Adèle o la despedida del maestro Miyazaki, The Wind Rises. Al
final se lo llevó la que creo es la mejor película europea
del año, La Gran Belleza.
Spike Jonze se hizo con el galardón a mejor guión por su aun
inédita Her y los dos premios gordos que quedan, mejor director y película
dramática, se dividieron entre las que pueden ser máximas competidoras en poco
más de un mes. El primero fue para el realizador Alfonso Cuarón por esa magnifica
experiencia que es Gravity y el segundo para 12 Años de Esclavitud, peliculón
con mayúsculas. La cosa está muy igualada y me parece justo.
Y ahora ya solo queda ir completando los huecos de pelis que
se irán estrenando y venga, todos listos para reunirnos en otra noche en vela
por el bien de los chanchullos cinematográficos que son las entregas de
premios. ¡Bien!
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