21/3/15

Pasolini

Pasolini, pasión, muerte y asuntos pendientes.

Algo le ronda en el coco
El último capricho de Abel Ferrara es tan atrayente en su propuesta como irregular en su ejecución. Los amantes del cine homenajeado se darán cita pero me temo que no terminarán de satisfacer su curiosidad, si es que eso es lo que les ha llevado a la sala.

El director americano imagina el último día de la vida de Pier Paolo Pasolini, intercalando esa ensoñación con la representación de las notas de lo que podría haber sido la siguiente película del italiano tras Saló o los 120 días de Sodoma. Vemos su devenir errático, salteando momentos de diva con bajadas al fango, demostrando que el responsable de El Decamerón comulgaba con su propia propuesta artística, revolucionaria y veraz a partes iguales.

Funciona por sencilla y por alejarse del biopic estructural y rutinario. Willem Dafoe cumple como de costumbre y es un gusto verle en pantalla, tanto por su excelente trabajo como por coincidir son los segmentos más interesantes. Y es que el problema viene con la recreación de la supuesta futura película, a ratos tontorrona y otros directamente bufonesca, que termina siendo un incordio cada vez que aparece en pantalla.

Ferrara no es Pasolini y lo sabe, pero se ha dejado llevar por la pasión con esos postizos sobreexpuestos que no llevan a ninguna parte, al menos no a alguna interesante. Una pena porque logra enganchar con el resto, no tomando partido ni sacando conclusiones fuera de las oficiales, y hubiese sido más interesante olvidar todo el tema de la nueva obra y profundizar en esa versión de la madre del director, único ser vivo de la película, o fantasear aun más con Maria de Medeiros haciendo de Laura Betti.

En el currele
Aquí el trailer. Debo reconocer que la vi en una sesión intempestiva en el ecuador del Festival de San Sebastián tras una jornada ajetreada, es decir, que lo mismo es mucho mejor de lo que mi mente me dejó disfrutar. Un 6.

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