Amén |
La trama nos cuenta cómo un policía del Bronx tiene que
hacer frente a unos casos muy raros que parecen estar conectados. Una extraña
presencia crece en su interior al ritmo de canciones de The Doors y, por si fuera
poco, tiene una pequeña, pequeñísima, crisis en casa.
Eric Bana hace muy bien de tipo duro que lucha por los
buenos y la pareja que forma con Édgar Ramírez funciona. De no ser porque no
ofrece absolutamente nada nuevo, y porque se sueltan sus historias pasadas a la primera de cambio, hasta sería interesante. Luego está lo de Olivia Munn que en fin, pobre.
Pero el problema está ahí, Líbranos del Mal es un conglomerado
de recortes de otras películas que ya hemos vistos. Todo apresurado y sin
gracia, casi una deshonra para el bueno de Jim Morrison al que sólo usan bien
una vez, el resto vuelve a ser relleno regulero.
Con un par de sustos de volumen, lo más destacable de esta
cinta es el ambiente policial, mucho más logrado que el espiritual, y las
grabaciones en video, algo con lo que Derrickson ya demostró su valía en
Sinister.
Con que el maligno eh... |
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