Aquí no hay perdiz que valga |
Los hay que consiguen trascender a este hecho, no por que se nieguen a crecer, si no porque no hay por qué hacerlo de esa manera. Se puede incluso soportar mejor el realismo gris de lo real si se recuerda la necesidad de los inútiles colores de la imaginación.
Si juegas, si aun sueñas y si no te da miedo la transgresión pese a aparentar estar más cerca de la podredumbre que del nacimiento, puede que estos cuentos te satisfagan. Que se lo digan si no a Perrault y a los Grimm, herederos y cosechadores de estas historietas.
Y es que esta fantástica película de Matteo Garrone adapta algunos de los relatos del 'Pentamerón', un cuento de cuentos escrito por el napolitano Giambattista Basile antes de su muerte en 1632. Oscuros, barrocos e irónicos, utilizan el humor negro como vehículo de pasajes tan grotescos como mágicos.
No es una película para ojos tiernos, pero tampoco para adultos que se precien de serlo. Macabra, luminosa, explícita y elegante, es todo lo contrario de un telefilm alemán de fantasía programado una tarde de sábado cualquiera en una cadena privada. Es un cuento, con todo lo que eso implica.
¡Que vuelva las puntuaciones!
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