4/2/16

Turbo Kid

'Turbo Kid', cuando el recuerdo distorsionado se hace carne.

Glory Bendit
Producción canadiense excesiva, sanguinolenta e irresistible. Es puro plástico, no hay que engañarse, pero sus brillos y adornos atrapan durante su perfectamente medida hora y media.

La trama nos sitúa en un futuro 1997 donde el planeta se ha ido al garete. En el yermo, sobrevive como puede un joven que pasa el día recopilando cachivaches para cambiar por agua y cómics hasta que, inevitablemente, se ve obligado a luchar contra el caudillo local y salvar a la chica.

Los responsables de esta maravillosa locura, François SimardYoann-Karl Whissell y Anouk Whissell, se esfuerzan en lograr la estética que todo modernillo neofreak está pidiendo en este momento. No es un homenaje a los 80 ojo, esto ya es otra historia, Turbo Kid es más bien un exploitation de ese nuevo género que es la nostalgia sobredimensionada, los recuerdos con esteroides. No había nada así hace tres décadas, pero la exageración y el gusto por el diseño han calado de tal manera que se puede disfrutar de estos productos mientras que, los que antes nos llamaban frikis, agradecen estos supuestos remembers. Pero qué demonios, hay sangre, bicis, robots, musicote y sale Michael Ironside con un parche, a mí me vale.


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