14/10/15
Sitges 2015, día 4: las películas
Cuarto día de locura en la casa del terror. Bueno, dicho así parece que estoy encerrado en un parque de atracciones, y la verdad es que a ratos puede ser por aquello de salir de una sala y volver a ponerse a la cola. La jornada de hoy ha tenido sus momentos, pero reconozco que vuelvo a hacer uso de mi legendario tino para elegir lo que no está entusiasmando.
Baskin es una producción turca que pretende homenajear esas pelis que te daban miedo por la portada cuando eras pequeño, y que fuiste persiguiendo y recolectando en la adolescencia. Relato de terror fantástico con bajada al infierno que intenta mucho más de lo que consigue. Can Evrenol dirige esta versión alargada de un corto que, seguramente es más interesante. La trama presenta a unos policías que llegan a una extraña mansión donde están de fiesta satánica, y ya está, no hace falta nada más. Por eso todo el relleno se nota, especialmente durante el inestable primer tercio. Cuando llegas a la casquería ya andas un poco harto y, por lo que sea, no terminó de entrarme. No ayudó que el malo me recordase a Carmen de Mairena.
Sunrise tiene algo que ver con la anterior, al menos por lo del viaje a lugares poco recomendables. Legada desde India y dirigida por Partho Sen-Gupta, cuenta la desesperación de un inspector de policía que busca a su hija, secuestrada con tan solo seis años. Sus sueños se repiten una y otra vez y siempre terminan en un club lujurioso donde adolescentes bailan ante viejos verdes. Dura y repetitiva, se salva por su ambientación pesadillesca, con sombras que huyen, callejones lluviosos y luces de neón. Es fácil perderse en su metraje, en todos los sentidos.
Sacramento es la apuesta española del día y también la más loca, y eso que no ha sido precisamente la jornada de los pies en la tierra. Escrita, dirigida, interpretada en cinco papeles diferentes y vendida en la sala por Carlos Cañeque, Sacramento es una producción artie y low cost que tiene como principal objetivo el lucimiento de su máximo responsable. Claro que esa no es la versión oficial, se supone que debemos ver las vicisitudes del director por encontrar una historia que contar sobre un cura loco, algo que le obsesiona. Mezclando actores en blanco y negro sobre cromas en color, avanzamos por los pensamientos de los personajes que pueblan el metraje, descubriendo que la mitad de la trama se centra en un insoportable seductor del que Cañeque no habla en la presentación, no sé si porque no lo interpreta él o porque directamente no sabe muy bien qué hace ahí esa historia. Podría colar como experimento de amiguete, pero el obligado palo al cine comercial durante la presentación activó mis alertas de pedantería y son ellas las que escriben esto.
Frankenstein es una curiosa actualización del relato de Mary W. Shelley escrita y dirigida por Bernard Rose. Una pareja de científicos han conseguido crear vida artificial en su laboratorio. La criatura es mentalmente un recién nacido, pero su sorprendente fuerza le permitirá escapar en un berrinche e ir replicando los pasajes más famosos de la novela que conocemos. Algunos de estos capítulos están más logrados que otros, especialmente afortunado es toda la historia del ciego que aquí es un vagabundo blusero. Funciona como curiosidad y renovación bastante fiel al original, pero como cinta en sí no tiene más recorrido que el de la mera anecdota. El clímax final deja peor sabor de boca de lo que la cinta merece y puede que sea este el motivo de la amargura de estas palabras.
Maggie es el típico relato zombie de poco presupuesto que, por lo que sea, se les ha ido de las manos. Escrita y dirigida por dos tipos que se estrenan en sus labores, la trama sigue la misma pauta de cinta menor sin pretensiones. Un padre deberá sufrir la lenta transformación de su hija infectada mientras esta asume que su único futuro es la muerte. Intimista, sin escenas de acción ni rebaños de zombis amenazantes, solo faltaba contratar a dos caras nuevas y venga, a estrenar en VOD. Pues no, en algún momento se decidió apostar por este proyecto y metieron en el berenjenal a Arnold Schwarzenegger y Abigail Breslin. Gracias a este regalito, no sólo consiguen más público, si no que reconozco que son el verdadero pilar de la película. El chuache contenido sigue molando como el chuache desatado, y Breslin no resulta la protagonista insoportable que hubiese sido fácil de interpretar. El resultado final es una película curiosa gracias a sus dos protagonistas y que, tras eso, no tiene mucho más.
Bone Tomahawk ha sido la dinamita que me ha mandado a la cama con una sonrisa. La sorpresa, de estar mejor informado, podría no haber sido tanta, pero lo único que sabía de ella es que era una cinta de vaqueros con zombies, por lo que supuse que era una comedia, y que en el cartel salía Kurt Russell, dato que me hizo no investigar más y, simplemente, apuntarme al primer pase posible. Mi devoción por el actor sólo me da alegrías y esta especie de "El guerrero nº 13 va a oeste" es otra en la lista. Escrita y dirigida por el debutante S. Craig Zahler, este título es un western en toda regla con una excusa algo fantástica al fondo, muy al fondo. Con un reparto excepcional que no deja de regalar rostros conocidos, podemos encontrarnos junto a Russell a unos eficientes Patrick Wilson y Matthew Fox, rodeados de leyendas como Sean Young, Michael Paré, Sid Haig o un magnífico Richard Jenkins. Funciona como cinta del oeste dura, de compañeros forzados a serlo mientras son masacrados por los peligros del desierto. Como guinda del pastel, el último tercio, el mcguffin de todo esto, empasta lo visto hasta el momento con el relato de criaturas primigenias de manera elegante y funcional. Por dar algún palo, algunos segmentos son demasiado repetitivos y Zahler se defiende mejor escribiendo diálogos que dotando de ritmo a a cinta. Un recorte aquí y otro allá haría de esta cinta algo aun más memorable, pero entended estas críticas como halagos ante un producto que me ha caído bien y al que deseo desde ya todo lo mejor. Además, es la primera cinta exploitation del bigote que Russell se dejó para The Hateful Eight.
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