Cartel horripilante |
Jack Black es perfecto por su condición de payaso pasado de vueltas, que no exactamente triste. Bill Hader fue uno de los primeros candidatos a este protagonista, un humorista al que le gusta la amargura aun más que a Black y por ahí abro una posibilidad de acierto de Mogel y Paul. Pero no, rápidamente me acuerdo de cuando empecé a pedir la hora al arbitro mientras intentaba llegar a los títulos de crédito finales y vuelvo a pensar en sus problemas.
James Marsden es un buen secundario y Kathryn Hahn vuelve a sujetar la película sin que nadie se de cuenta. Como todas las interpretaciones son correctas, incluida la del pobre Jeffrey Tambor al que aun no había nombrado, debo regresar una vez más a mis dudas sobre el guión y sus propósitos.
La trama nos presenta a un tipo que tiene una buena familia pero que, en su interior, necesita el reconocimiento de los que están a su alrededor. Por eso, contacta con el tipo más cool de su instituto, esperando que al aparecer a su lado en la fiesta de antiguos alumnos consiga algo de respeto por parte de sus ex compañeros. Hora y media de enredos y mentiras cada vez más incómodos, graciosos sólo hasta que se vuelven reales y las consecuencias enturbian todo, cosa que sucede desde el principio.
El espectador estará incómodo por la realista vida que está destrozando el protagonista y dudo que pueda reír a gusto con ninguno de los jaleos donde se mete. El clímax viene cuando suena Never Tear Us Apart de INXS, una canción maravillosa y amarga que en este contexto te termina de destrozar la vida. No sé qué querían de mí, pero no he pasado un buen rato.
El amigo fastidiando su vida |
No hay comentarios:
Publicar un comentario